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ANALISIS DEL BOCA 2 - riBer 1




GOLPEÓ EN MOMENTOS CLAVES
por Daniel Lubel

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Apelando más a la actitud y a la efectividad que al juego, Boca se quedó con el superclásico en El Monumental. Fue 2-1 con goles de Edwin Cardona, quien luego se fue expulsado, y Nahitán Nández. Para River marcó Leonardo Ponzio y se ganó la roja Ignacio Fernández.

Hay diferentes motivos por los que este partido no se puede analizar con la misma vara que el resto. Aunque la frase “los clásicos son partidos aparte” sea repetida hasta el hartazgo en el ambiente del fútbol, no deja de ser real. Pero además de eso hubo dos cuestiones fundamentales: Boca se encontró con un rival que le propuso otro tipo de juego que el que le suelen proponer y por otro lado, fue un encuentro accidentado en el que las expulsiones cambiaron todo lo planeado.

River pobló la mitad de la cancha con cinco volantes -más de juego que de marca-, que le complicaron mucho la tarea al mediocampo del visitante. Guillermo Barros Schelotto dispuso de su formación clásica, con Cardona tirado a la izquierda y Cristian Pavón como la gran esperanza para desbordar a un Milton Casco que no venía teniendo buenas actuaciones, especialmente en defensa. El equipo empezó bien, jugando muy tranquilo, adelantando a los laterales y aprovechando a Darío Benedetto en el pivoteo. Pero ese tramo le duró muy poco y el equipo de Marcelo Gallardo se fue acomodando.


La intensidad que tenía River en el mediocampo era mucho para Boca. Wilmar Barrios relevaba a sus compañeros como podía pero el equipo se veía superado. El local recuperaba rápido y lastimaba con Pity Martínez tirado en la derecha, a las espaldas de Pablo Pérez y encarando a un inseguro Fabra y con Nacho Fernández en el centro para incomodar a Barrios. El Millonario no siempre terminaba bien las jugadas pero movía bien la pelota, con un Ariel Rojas muy preciso en los cambios de frente. Por momentos, quedaba un espacio entre los volantes y los centrales xeneizes, que no achicaban hacia adelante, y River los aprovechaba. Además, estaba muy atento para explotar los múltiples errores en la salida que tuvo el rival. El equipo de Guillermo recuperaba muy cerca de su arco y tiraba pelotazos, pero la perdía rápido. Pablo Pérez no lograba hacerse eje y Pavón casi no participaba. Por su parte, Cardona empezó a influir más con cambios de frente. Las pocas veces que Boca avanzaba mostraba que la defensa de River era vulnerable y que podía lastimar. A los 38 minutos se dieron dos situaciones que cambiaron el partido: Fernández se fue expulsado tras una patada durísima a Cardona, y en ese tiro libre, el colombiano metió un golazo al ángulo que quedará en la memoria de todos los hinchas xeneizes, quienes seguramente habrán recordado a Juan Román Riquelme. Fue un golpe muy duro para River que se sentía más cómodo en el partido y lo sintió: en los últimos minutos del primer tiempo dominó Boca y pudo haber ampliado la ventaja.


Gallardo dispuso del ingreso de Nicolás De La Cruz por Ariel Rojas para el segundo tiempo, buscando ser más vertical y punzante, ya que Ignacio Scocco no tenía demasiada compañía en ataque. El uruguayo intentaba hacerse eje y tirar pelotazos en profundidad. River no sintió el hombre de menos y de a poco volvió a meter a Boca en su arco. Avanzaba con más empuje que fútbol, pero la apuesta le daba resultado. Scocco se filtró detrás de Lisandro Magallán y tuvo la más clara, pero tapó bien Agustín Rossi. Para colmo, a los 16 minutos el árbitro Néstor Pitana echó exageradamente a Cardona. Boca pasó a jugar con un 4-4-1 bien definido con Nández de volante por derecha y Pavón por izquierda. Era un equipo corto y bien compacto que intentaba salir rápido de contraataque, y por momentos lo lograba. Benedetto hizo una gran jugada, pasando a tres rivales, pero Enzo Pérez se la quitó bien cuando el gol parecía inevitable. Por su parte, el Muñeco arriesgó con el ingreso de Carlos Auzqui por Jonathan Maidana, lo que produjo que el local abriera más la cancha y termine la mayoría de sus jugadas con centros. Enzo Pérez, que no había podido influir en el primer tiempo, empezó a ser cada vez más importante, sobre todo desde el despliegue.


Justo cuando River ya no era tan claro y Boca empezaba a tener espacios para liquidarlo de contraataque, Ponzio, de muy buen partido, metió un derechazo inatajable que empató el partido y dio la sensación de que era el inicio de la remontada. Parecía que el equipo de Guillermo había desaprovechado el hombre de más y la ventaja y ahora iba a sufrir, pero el fútbol no siempre tiene lógica. Pocos minutos después, Pablo Pérez puso un magistral pase a las espaldas de Casco y Nández convirtió ante una floja respuesta de Germán Lux. Otra vez lo ganaba el Xeneize y el Millonario tenía 15 minutos para empatarlo.


Boca estaba definitivamente tirado atrás. River lo metía en un arco a base de centros y pelotas paradas. Fabra cometió un error que pudo haber terminado en gol de Scocco, pero Pitana se volvió a equivocar, considerando que la pelota había salido cuando claramente estaba adentro. El local estaba muy apurado y dejaba muchos espacios. Por eso, el Xeneize tuvo tres contraataques inmejorables, pero Pavón y Frank Fabra no los terminaron bien. Gallardo puso a Rafael Santos Borré para que Scocco tuviera más compañía, pero ya era tarde y el resultado estaba sentenciado.


El equipo de Guillermo ganó un partido importantísimo por lo que significa el clásico, por lo anímico y para sacar una diferencia de 9 puntos en el torneo. En un partido en el que no brilló ni jugó como suele hacerlo, la victoria toma más trascendencia. Salvo en los contraataques del final, no tuvo demasiadas chances de gol pero pegó en los momentos justos, con una efectividad que cada día sorprende más. El mediocampo y la defensa sufrieron en el primer tiempo ante la intensidad del rival pero con el paso del tiempo se fueron afianzando. Las figuras habituales de Boca (Benedetto, Pavón y Barrios) no tuvieron un gran partido, pero se hicieron fuertes otros jugadores como Cardona, Nández, Rossi, Goltz, Pérez y Jara. Para el equipo ya se hizo costumbre ganar, en distintas circunstancias de juego y de diferentes maneras y eso es fundamental. Además, a este plantel se le reclamaba que perdía los encuentros importantes, así que ahora puede sacarse ese peso de encima. Boca ya se fue muy lejos en el campeonato y eso es mérito de Guillermo, que consolidó una idea -a veces sale, y a veces no-, le dio confianza a un equipo que venía golpeado y acertó con la mayoría de los nombres propios. El hincha de Boca sigue disfrutando... 


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