Después de 18 años de carrera, 672 partidos, 173 goles y 255 asistencias,
uno de los ídolos más grandes de la historia del Club decidió retirarse del
fútbol. Ya no veremos nunca más a Juan Román Riquelme pisar una cancha de
fútbol, por lo menos de manera profesional.
Es imposible separar el retiro de Román de la pésima
gestión de esta comisión directiva. Durante todo el primer semestre del año
pasado, dilató su renovación y, valiéndose de los medios de comunicación “amigos”
como canal para cuestionar al último Diez, solo persiguieron el único fin de
desgastarlo. Cuanto mejor jugaba Riquelme, más notas daban los directivos
poniendo en duda su continuidad. Finalmente “los malos” lograron su objetivo y,
cansado de tanto manoseo barato, Román decidió dar el portazo.
Los motivos de Angelici y Cía. para mantener a Román
lejos del club distan mucho de ser futbolísticos. El Diez dio sobradas muestras
durante el 2014, tanto en Boca como en Argentinos Juniors, que sigue vigente y
que todavía tiene mucho por darle al fútbol. Pero bajo la excusa “el Club está
por encima de todos”, privaron a Román de retirarse en el patio de su casa,
como quería él, como queríamos los Hinchas de Boca, como se merecen los ídolos…
Y, después de casi 15 años, consumaron la venganza por el Topo Gigio “que
Mauricio nunca le perdonó”, como señaló
el señor Daniel Angelici en una antigua nota.
Esa frase que "alguien" se pasa repitiendo, si bien
es una realidad en su boca adquiere un grado de hipocresía supremo. Que la misma no se tenga
en cuenta cuando, por ejemplo, hay que defender los intereses de la
Institución, y no se lo hace, privilegiando a grupos amigos regalándole, el
Museo o el merchadising del Club…, o que al mismo jugador se lo haya ido a
buscar por conveniencias políticas y no por convencimiento de su importancia en
un proyecto serio (no olvidemos que en el 2007, Román fue el eje principal de
propaganda que usó un presidente para llegar a la Jefatura de Gobierno), hablan
de una concepción monárquica del manejo de la Institución, donde al sentirse
dueños de la misma se creen con autoridad para tomar decisiones arbitrarias a
espaldas de los miles de Socios e Hinchas que tiene Nuestro Club.
Las miserias humanas pueden adquirir dimensiones
impensadas. El rencor, la envidia, la inoperancia y la soberbia, pueden dar
como resultado un cóctel nefasto. Y eso es lo que ocurrió…
No es solo el hecho de que no hayan dejado que Román
termine su carrera en Boca lo que nos preocupa, sino el grado de autoritarismo
y sectarismo que dicha decisión representa, y que se ve reflejada en la mayoría
de las decisiones que vienen tomando estos dirigentes en los últimos años, en
perjuicio del Club, de sus Socios, de sus Hinchas, del Barrio… Pareciera que
les cuesta asumir que solo están de paso…
Sin pecar de herejes, nunca más apropiada una frase de
Jesucristo: “PERDÓNALOS, PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN…”
Y realmente, está demostrado que estos dirigentes no
saben un carajo...