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ALGÚN DÍA IBA A PERDER...



Por Daniel Lubel
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Boca no tuvo un buen rendimiento colectivo y cayó 2-1 frente a Racing en La Bombonera. La defensa mostró flaquezas, se generaron pocas situaciones y para colmo, Darío Benedetto (autor del gol, de penal) se rompió el ligamento cruzado anterior de la pierna derecha.

Racing llegaba golpeado y se rumoreaba que si no obtenía buenos resultados ante Boca y ante Independiente en la próxima fecha, Diego Cocca dejaría de ser el entrenador, por lo que este era un partido clave. El técnico campeón en 2014 plantó dos líneas de cuatro para incomodar al puntero, y buscaba salir con pelotazos hacia Enrique Triverio (reemplazó a Lisandro López, que se ausentó por gripe) o Lautaro Martínez, los dos hombres de ataque. Por el lado del local, estaba sancionado Edwin Cardona por lo que Cristian Espinoza fue titular, y se preveía que eso provocaría que el equipo fuera más directo.

A pesar del buen planteo del rival, Boca empezó dominando las acciones y llegando con muchos hombres al campo contrario. Pablo Pérez, máximo encargado de la creación al no estar Fernando Gago y Cardona, estuvo muy activo y de sus pies salían los mejores ataques. Pero cuando Racing recuperaba la historia era diferente: salía muy rápido con pelota dominada o con pelotazos, y los interiores Nahitán Nández y Pérez no ayudaban demasiado a Wilmar Barrios, que estaba desprotegido. En más de una ocasión el equipo quedó mal parado pero el visitante no estuvo preciso en la definición.

Con el correr del tiempo el partido se fue haciendo cada vez más trabado. Racing corría mucho y Boca no encontraba espacios. Además, Espinoza jugó por izquierda, una posición en la que no suele rendir, y se lo notó muy incómodo. En todo el primer tiempo el equipo no atacó por ese lado, y la única alternativa era jugar por la derecha con Cristian Pavón. En algunas ocasiones se pudo asociar con Pérez y con Benedetto en velocidad para romper la defensa rival. Cuando Nández se sumaba al ataque y generaba superioridad numérica, se encontraba más profundidad, pero eso ocurría poco.

Cuando parecía que el primer tiempo terminaría en tablas, Paolo Goltz salió muy lejos ante el enésimo pelotazo de la Academia y Triverio asistió a Martínez, quien demostró toda su categoría para poner el 1-0. Pero la reacción de Boca fue espléndida. El equipo se sintió tocado y en dos minutos metió a Racing en un arco. Una patriada de Nández generó el penal de Miguel Barbieri, que Benedetto cambió por gol.

Para el segundo tiempo, Guillermo Barros Schelotto se dio cuenta de que Espinoza no influía, así que decidió que se moviera para la derecha, su posición más natural. Pero el ex Huracán siguió sin participar y demostró que tuvo una mala tarde en general, más allá del puesto. Racing seguía apostando a lo mismo y Andrés Ibargüen complicaba cada vez más a la defensa xeneize con sus gambetas. Cuando el equipo de Cocca parecía lejos del gol, Goltz volvió a equivocarse ante un pelotazo rival y Martínez volvió a demostrar que lo suyo es cosa seria. Se bancó la marca de Barrios y metió un fenomenal pase para Augusto Solari, que con su diagonal dejó pagando a Frank Fabra y con su amague a Agustín Rossi. El visitante fue demasiado efectivo y se puso 2-1 faltando más de media hora de partido.

Boca siguió intentando de la misma manera pero se fue apurando con el paso del tiempo y chocaba con la defensa rival. Racing estaba cada vez más atrás y no dejaba espacios. Guillermo decidió que entrara Agustín Bouzat por Espinoza. El esquema pasó a ser un 4-2-3-1, con el ex Defensa y Justicia por detrás de Benedetto, y Pavón y Nández a sus costados. No cambió demasiado la historia. Pérez y Pavón seguían siendo los que más intentaban en el Xeneize, pero al equipo le faltaba mucha claridad y casi no tuvo chances claras. Dominaba pero sintió mucho la ausencia de Gago y Cardona en el último pase. Para colmo, todas las pelotas paradas que tenía en ataque terminaban en nada, porque decidían jugarla por abajo en vez de mandar el centro. El equipo avanzaba más por empuje que por buen juego. El visitante buscaba conservar la ventaja y ya casi no contraatacaba. Egidio Arévalo Ríos se hizo muy fuerte en la mitad de la cancha y la lesión de Benedetto frustró todavía más al local. Estuvo cerca de empatarlo con un buen remate de Pablo Pérez sobre la hora pero Juan Musso se vistió de héroe.

No es una derrota para dramatizar. No se puede ganar siempre y algún día se iba a perder. Era lógico que pasara contra uno de los rivales más complicados (a pesar de que no venía bien). En el torneo, Boca sacó una buena diferencia que le permite estos traspiés. El foco hay que ponerlo en el juego. El equipo de Guillermo dio un paso atrás en el rendimiento defensivo: había encontrado solidez en los últimos partidos y esta vez no logró lo mismo. En cuanto a la generación, ya se veía un declive en los últimos partidos, y Racing lo profundizó. El equipo sigue quedándose sin variantes cuando no participan sus creativos. Pablo Pérez tuvo un gran rendimiento pero no alcanzó. También se deberá encontrarle una función más clara a Nández, ya que parece un jugador ideal para los partidos trabados de visitante, pero en los de local, con el rival cerrado atrás, no puede aportar la pausa necesaria. Por último, se deben trabajar mucho las pelotas paradas a favor, ya que en los últimos minutos hubo muy poca inteligencia en ese aspecto.

Sin dudas la peor noticia del día fue la lesión de Benedetto, la figura del equipo. Estará entre 5 y 8 meses inactivo y Boca lo sufrirá mucho: no solo es el goleador (35 goles en 42 partidos), sino que aporta mucho en todos los aspectos del juego. Se espera que el ex Arsenal y América de México pueda llegar a la fase final de la Copa Libertadores. Mientras tanto, Walter Bou tendrá la chance de ser titular por primera vez en el año y seguramente en 2018 Ramón Ábila ocupará ese puesto, pero todo el equipo deberá ayudar a reemplazarlo.
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