Dicen que todo cambio es positivo, pero no siempre esa frase se convierte en realidad y es ahí cuando es mejor volver a las raíces. Hay cambios que hacen que se pierda lo mas importante que tiene algo o alguien, la identidad. Este concepto que se puede aplicar para cualquier ámbito de la vida, se aplica también para los clubes de fútbol, como es el caso del Club Atlético Boca Juniors y su actualidad. Es que tras la salida Guillermo Barros Schelotto como técnico del xeneize, el presidente Daniel Angelici decidió contratar a Nicolas Burdisso como manager (Director Deportivo) y darle la responsabilidad de ser el encargado de manejar toda la parte deportiva del club, desde elegir al próximo entrenador hasta de decidir el futuro de las juveniles. Con la llegada de Burdisso, un ex jugador y multicampeón en Boca que salió justamente de las inferiores xeneizes, Angelici busca sacarse la responsabilidad en lo deportivo y centrarse sólo en preparar el año político que deberá afrontar el oficialismo en este 2019. Sabiendo que es su último año de mandato y que ya ha perdido el consenso del hincha, busca mejorar su imagen trayendo a un hombre de la casa y que conoce bien el Mundo Boca. Una jugada política que poco tiene que ver con una convicción de un proyecto serio y a largo plazo, sino mas bien a volver a utilizar a un ídolo o en este caso a un tipo muy querido por el pueblo boquense como Burdisso. Quién al poco tiempo de haber asumido ha demostrado no dejarse usar por esta dirigencia, ya que como primera gran decisión en su rol de manager eligió a Gustavo Alfaro como técnico y no al candidato elegido por el presidente, Antonio Mohamed. Sumado al reciente cambio del coordinador de inferiores, ha demostrado tener un gran peso en la conducción deportiva del club, dónde Angelici se ha encargado de ir cambiando en varias oportunidades y con diferentes proyectos que poco han tenido que ver con la idiosincrasia azul y oro. Por lo que el reciente manager ha tomado la decisión de volver a recuperar esa identidad perdida en el último tiempo y para eso ha ido a buscar a Oscar Regenhardt, un viejo conocido en las inferiores del club, con el objetivo claro de volver a generar un sentido de pertenencia, que el mismo ya vivió en sus tiempos de juvenil y que hoy, tanto en la primera división como en las inferiores, se ha perdido.
El 4 de diciembre del 2011 en Brandsen 805 ocurrió algo atípico, el equipo dirigido por Julio Cesar Falcioni se consagraba campeón invicto del torneo apertura y ese mismo día perdía el oficialismo las elecciones del club. Las mismas proclamaron a Daniel Angelici como nuevo presidente del conjunto de La Ribera, un hombre muy cercano a Mauricio Macri, que ganó las elecciones gracias al fuerte apoyo del hoy presidente de la Nación y quién ademas venía de ser tesorero del club en la conducción de Amor Ameal, pero que renunciaría por estar en desacuerdo con renovarle el contrato al máximo ídolo de la institución, Juan Román Riquelme. Este último dato no sería menor, ya que como como presidente, no le renovaría el contrato al diez y no le permitiría retirarse con la camiseta azul y oro. Volviendo a la llegada de Angelici a la presidencia y los cambios que implementó en su primer año (2012), se destacan el nombramiento de Jorge Raffo como coordinador general de las divisiones inferiores y el acuerdo con el Barcelona, en el que buscaba que todas las juveniles jugaran con la filosofía catalana, mudar la pensión al predio de La Candela y que el club español tuviera la primera opción en caso de alguna venta de las futuras promesas xeneizes. Una especie de "Masía Bostera" que iba totalmente en contra mano a la identidad boquense y la cuál, a lo largo de su historia, siempre tuvo un estilo propio y bien marcado en cuanto a la forma de jugar. Este proyecto con Raffo a la cabeza, pero también acompañado de un histórico y ganador como Hugo Benjamín Ibarra, generó al cabo de un año la salida de Oscar "Colo" Regenhardt y la incorporación de Sergio Saturno como entrenador de la reserva. El "Colo" llevaba 17 años trabajando en las inferiores del club logrando 18 títulos y al irse, además de explicar que no encajaba con el perfil del nuevo coordinador de inferiores, declaró que "Tampoco compartía algunas cosas, como por ejemplo sacar a los chicos de una de las mejores pensiones de Sudamérica para llevarlos a vivir a La Candela, o cambiar lugares de entrenamiento. Boca tiene más de 100 años de trayectoria como para tener una identidad y esto de querer jugar como Barcelona será imposible. No lo comparto y me costó la salida de Boca.".
Algo que el tiempo le daría la razón, ya que las juveniles no terminarían jugando como el Barcelona y tampoco se consolidarían jugadores en la primera división durante los 5 años que estuvo Raffo, ya sea por falta de comunicación entre el coordinador de inferiores y los técnicos de la primera o porque los jugadores eran utilizados como moneda de cambio. Como fueron los casos de: Juan Cruz Komar, Andrés Cubas, Alexis Messidoro y Sebastián Palacios, que ninguno logró triunfar en Boca y si fueron utilizados en 2018 como parte del pase de Emanuel Reynoso a Talleres de Cordoba. Por otra parte, la excepción en este último tiempo que si pudo consolidarse en la primera y lograr una gran venta a Europa fue el uruguayo Bentancur, que debutó con Rodolfo Arruabarrena y después de ser titular con Guillermo Barros Schelotto fue vendido a la Juventus de Italia a mitad del 2017. Aunque esa venta ya estaba encaminada desde la vuelta de Carlos Tevez al club, allá por a mediados del 2015, ya que en esa operación se le otorgó al conjunto italiano la prioridad opción de compra a futuro de varios juveniles; entre los que se encontraba el mismo Rodrigo Bentancur, Andrés Cubas, Franco Cristaldo y el préstamo de una gran promesa como Guido Vadalá. Este último no convenció y volvió antes de lo estipulado, primero fue a Unión de Santa Fe en 2016, luego regresaría al xeneize en 2017 y marcaría un gol frente Arsenal en La Bombonera, aunque no sería tenido en cuenta en el 2018 y hoy se encuentra en Universidad de Concepción de Chile. Está claro que durante toda esta etapa no salieron grandes figuras en las inferiores, pero tampoco se le dio oportunidades en la primera y en otros casos directamente se los vendió antes de que llegaran a debutar, como fue el caso de la venta de la joya de las inferiores Facundo Colidio, que con tan sólo 17 años fue traspasado al Inter de Milán. El último caso mas reciente es el del pibe Leonardo Balerdi, que con tan sólo 20 años fue vendido al Borussia Dortmund por una cifra millonaria, pero sin haber jugado un año en el primer equipo y siendo seguramente la mejor aparición de la gestión de Raffo. Una dirigencia que se caracterizó por hacer un negocio de las inferiores y no por darle un sentido de pertenencia para que triunfen con la azul y oro, eligiendo entrenadores que le dieron poco lugar a los juveniles y principalmente nunca logró respetar un único estilo de juego en todas las divisiones. Además de una clara política de compra en apuestas de jugadores surgidos de otros clubes, con potencial a futuro, como son los casos de: Jonathan Calleri (All Boys), Tiago Casasola (Huracán), Lisandro Magallán (Gimnasia de La Plata), Julián Chicco (Colón de Santa Fe), Cristian Pavón (Talleres de Córdoba), Nazareno Solís (Talleres de Córdoba), Agustín Rossi (Estudiantes de La Plata) y Gonzalo Maroni (Instituto de Córdoba) entre los mas conocidos. Recientemente, ya con Burdisso como manager, llegaron: Kevin Mac Allister (Argentinos Juniors), Gastón Ávila (Rosario Central) y dos grandes promesas de 16 años como: Owen Blanco (Sportivo Italiano y Damián Puebla (Racing de Córdoba).
Tras la salida de Raffo a principios de 2017, después de renunciar por no estar de acuerdo con la planificación a futuro que había determinado el presidente, Angelici fue en busca de Claudio Vivas para reemplazarlo en el puesto de coordinador de las inferiores. Este fue ayudante de campo de Marcelo Bielsa en el seleccionado argentino, después de su paso en las juveniles de Independiente llegó al club con un estilo diferente y con mucha gente nueva. Aunque sólo duraría un año, ya que la llegada de Burdisso como manager traería consigo la vuelta de Regenhardt, pero esta vez para hacerse cargo de una refundación en las categorías formativas del club. Con la particularidad de haber sido el descubridor del jugador mas ganador de la historia de Boca, Sebastián Battaglia y además de haber colaborado en la formación de jugadores como: el mismo Nicolas Burdisso, Carlos Tevez, Clemente Rodriguez, Fernando Gago, Ever Banega y mas recientemente Leandro Paredes, que sería la última gran aparición surgida del semillero xeneize y una debilidad de el "Colo". Debutó en 2010 con Claudio Borghi y recién empezó agarrar continuidad en primera en el 2012 con Julio Cesar Falcioni, generando grandes elogios por parte del hoy coordinador de inferiores: "Es un chico que tiene mucha calidad, sabe mucho de fútbol y realmente de a poquito se va a ir mostrando. Yo creo que en un corto período se va a convertir en un ídolo del club. Si sigue creciendo, estamos hablando de un jugador muy importante en el fútbol argentino". Pidiendo además que lo llevaran de a poco y luego, con la vuelta de Riquelme en 2013 (quién había dicho que veía a Paredes como su reemplazante), Regenhardt declararía que el diez lo ayudaría como modelo para formarse. Aunque una vez mas la dirigencia negociaría a otra gran promesa antes de poder disfrutarla con la azul y oro, tras haber estado un tiempo afuera por una lesión provocada por Agustín Orion en un entrenamiento, el joven enganche se fue a la Roma a préstamo y con una opción de compra que finalmente el conjunto italiano terminó llevando a cabo. Por todo lo anterior es que el regreso del "Colo" no fue sólo por la búsqueda de un especialista en formación de juveniles, sino que también fue con el objetivo de buscar alguien de confianza y de recuperar la identidad perdida.
A pesar de todo lo mencionado anteriormente, Burdisso sabe que para lograr esta "refundación" institucional es necesario que la primera división tenga un líder que esté en concordancia con el proyecto y también tenga un estilo que se asemeje a la identidad de las divisiones inferiores. Para esto el elegido ha sido Gustavo Alfaro, quién fue recomendado hace mucho tiempo por Carlos Bianchi como un técnico de su agrado, un entrenador de mucha experiencia que se ha caracterizado por ser un formador y un líder que busca que en sus equipos tengan lugar los juveniles. En la actualidad hay varios jugadores surgidos del club que están esperando consolidarse en el primer equipo como son los casos de: Agustín Almendra, Manuel Roffo, Marcelo Weingandt, Nicolás Capaldo, Agustín Obando, Aaron Molinas y otros que deberán volver en el futuro de sus prestamos como: Tomás Pochettino (Talleres de Córdoba), Gonzalo Lamardo (San Martín de Tucumán), Mateo Retegui (Estudiantes de La Plata) y Nahuel Molina Lucero (Rosario Central). Será tarea del técnico darle continuidad a los que están y del manager recuperar a los juveniles cedidos para que puedan tener oportunidades en el primer equipo. Ante todo este contexto, Burdisso está convencido de que a hay que volver a la vieja escuela y como dijo alguna vez un tal Juan Román Riquelme: "Boca debe jugar 4-3-1-2 en todas las categorías, desde la novena hasta la primera (..)". Sabiendo que si bien hoy el lugar del diez está vacante, hoy si se le da continuidad a Emanuel Reynoso podría cumplir perfectamente esa función y también pensando que en junio volverá otro enganche como Gonzalo Maroni. Estará en Alfaro en saber acomodarse a esta idea que baja Burdisso y como hizo alguna vez Falcioni, poder adaptarse al histórico 4-3-1-2 que mejor le sienta a Boca. Por lo pronto lo que si está decidido y no hay ninguna duda, es que el mejor camino a tomar es el de volver a las raíces, en busca de la identidad.
@gon_ruso