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TRIUNFO PARA DISIPAR DUDAS



Por Daniel Lubel

Boca fue superior a Colón y logró el triunfo por 2-0 en La Bombonera, con goles de Cristian Pavón y Nahitán Nández. Sin brillar ni tener tanto la pelota como acostumbra, el equipo de Guillermo Barros Schelotto fue vertical, efectivo, supo cambiar de esquema y replegarse cuando la situación lo requirió.

Mucho se habló en el verano sobre el esquema que usaría Boca y sobre el puesto de Carlos Tevez. Para el primer compromiso oficial del año, y con la vuelta de los colombianos, Guillermo dispuso de un 4-2-3-1, con Wilmar Barrios y Nahitán Nández repartiéndose la mitad de la cancha, Tevez y Edwin Cardona como creativos, Pavón como extremo y Walter Bou de centrodelantero, en desmedro de Ramón Ábila. Sin Pablo Pérez y con dos mediocampistas centrales de despliegue y marca más que de creación, se esperaba ver a un equipo vertical y así fue: a los dos minutos y luego de una transición rápida, Bou metió un taco exquisito y Pavón puso el 1-0.

Los primeros 25 minutos de Boca fueron muy buenos. Con una gran tarea de Nández tanto en defensa como en ataque, Boca recuperaba rápido y aprovechaba los espacios que dejaba Colón. El doble cinco, apenas la agarraba, buscaba a uno de los cuatro de arriba para que resolvieran. Cardona estaba participativo y se tiraba al medio para asociarse con Tevez, a quien se vio muy rápido, cómodo en ese puesto detrás del nueve y con arranques que hicieron acordar a cuando tenía 20 años. Pavón hacía lo que quería por la derecha, Leonardo Jara se sumaba con éxito a los ataques y el Xeneize pudo haber ampliado la ventaja en más de una ocasión. Las malas definiciones y la gran labor del arquero sabalero Alexander Domínguez lo impidieron.

En los últimos minutos de la primera parte, la historia fue diferente. Colón, que usó un 4-4-2, logró tener más la pelota y la movía muy bien a lo ancho del campo. Así, lograron llegar con claridad, sobre todo por el lado de Frank Fabra. Pavón y Cardona sintieron el desgaste y ya no ayudaban tanto en el retroceso, por lo que Nández y Barrios quedaron a destiempo en varias jugadas. El equipo tenía fallas en la salida, que siempre terminaba en pelotazos fáciles de resolver para la defensa visitante. En ese tramo de dominio del equipo de Eduardo Domínguez, fue muy importante la tarea de Agustín Rossi, que le tapó un buen derechazo a Diego Vera y se mostró seguro en todas sus intervenciones.

En el entretiempo, ambos técnicos hicieron modificaciones. Domínguez de nombres: apostó por Mariano González y Nicolás Leguizamón, dos jugadores más ofensivos. Y Guillermo cambió el esquema a un 4-3-1-2, con Cardona empezando de más atrás y Nández levemente tirado a la derecha. La idea del técnico parecía ser que Boca esperara un poco más atrás para no dejar tantos espacios como al final del primer tiempo. Sin embargo, el Xeneize todavía parecía algo apurado y seguía perdiendo rápido la pelota. La idea del técnico se confirmó a los 10 minutos cuando dispuso del ingreso de Julio Buffarini por Walter Bou y pasó a un 4-3-3. El ex San Lorenzo jugó de volante por derecha, Nández pasó a la izquierda y Tevez pasó a ser el nueve.

Luego del cambio, definitivamente el visitante pasó a ser el dominador del partido, pero no tenía ni ideas ni profundidad. Vera tenía que ir hasta la mitad de la cancha porque no le llegaba la pelota y los pocos ataques terminaban en centros fáciles para el arquero. En el segundo tiempo prácticamente la defensa local no sufrió y Rossi no tuvo tapadas. Nández se lucía, Boca esperaba unos metros más atrás e intentaba salir rápido para aprovechar los espacios cada vez más grandes que dejaba un Colón desesperado. A los 19, Tevez dejó mano a mano a Nández, y el ex Peñarol coronó su gran actuación con una definición de calidad por arriba de Domínguez.

Boca no brilló como en los mejores partidos del ciclo Schelotto pero fue más que Colón y la victoria nunca corrió peligro. Esto es importante teniendo en cuenta que el rival no era fácil y que en el verano habían aparecido algunas dudas. El nuevo esquema tuvo más equilibrio con Barrios de volante de contención, pero igualmente en el primer tiempo dejó algunos huecos que Guillermo deberá trabajar. Subieron varios niveles individuales y Tevez se sintió cómodo. Queda la duda de quién saldrá del equipo cuando Pablo Pérez esté en condiciones de jugar, ya sea contra San Lorenzo o contra Temperley.

De cara a la Supercopa Argentina y a la Copa Libertadores, es destacable que el entrenador haya cambiado de esquema y hasta de idea en un mismo partido. Como pocas veces desde que es técnico de Boca, claramente decidió esperar unos metros más atrás. Tiempo atrás Guillermo ha sido acusado de caprichoso y aunque esto fue solo en un partido y no alcanza para sentenciar, sería importante que se haya vuelto más pragmático porque los rivales ya saben cómo juega su equipo y no siempre es saludable hacerlo de la misma forma.
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