Terminó una nueva temporada de
Liga Nacional en la que Boca fue de menor a mayor. Pese a todo lo sucedido, el
‘Xeneize’ finalizó nuevamente en un tercer puesto cuando no se esperaba nada
allá por septiembre/octubre de 2013.
Luego de la caída frente a Regatas
en la quinta semifinal de la temporada pasada, con los desafortunados hechos
ocurridos en Corrientes, Boca sabía que el objetivo no podía ser otro que ganar
la Liga 13/14. El proyecto de Néstor García continuaría, por lo que la
dirigencia sólo debía realizar algunas incorporaciones para reforzar una base
ya armada. Sin embargo en medio de las negociaciones con los deportistas, el DT
recibió una oferta del exterior y decidió romper su vínculo y partir. De este
modo el equipo de la Ribera quedó sin técnico, y de yapa, sin la columna
vertebral del equipo, ya que algunos jugadores que se quedaban pura y
exclusivamente por pedido del “Che” (ya que tenían una sabida mala relación con
la dirigencia) tomaron otros rumbos.
Carlos Duro, quien fuera ayudante
de García, tomó la responsabilidad de armar el equipo para la temporada que se
venía. Tal como sucediera en el período anterior, el equipo se completó
comenzando la primera fase. De esta forma, la pretemporada realizada servía de
poco. Los jugadores en su mayoría no se conocían en el rectángulo y Boca tenía
por delante no solo la Liga local sino también la Liga Sudamericana.
La primer fase transcurrió de
forma turbulenta. El equipo no aparecía, no se lograba amalgamar el juego y por
consecuencia parecía no tener identidad. Con un De Groat desganado, malhumorado, generando
incomodidad en el grupo. Y además, Robert Battle debió salir por lesión en su rodilla.
Boca quedó fuera en semifinales de la Liga Sudamericana. A todo esto los
resultados no llegaban. Pasaban los juegos y el ‘Xeneize’ era intermitente.
Como si fuera poco, durante un partido que era televisado, el Presidente de la Comisión de
Básquet Jorge Paredi, increpó al técnico Carlos Duro, a los gritos desde el
palco oficial, reclamándole por el ingreso de De Groat, poniendo en evidencia los
desacuerdos entre dirigencia, cuerpo técnico y demás. Papelón. Finalizando el
2013, el americano fue cortado entre medio de versiones que se contradicen, y llegó
el receso por las fiestas. Boca tomó aire.
El 2014 llegó con Battle
recuperado y un plantel más relajado. A
mediados de enero, finalmente, arribó el nuevo extranjero, Gary Flowers y con él
(pero no exclusivamente por él) la levantada. Boca comenzó una racha de
victorias en el Estadio Obras frente al local, que incluyó a Regatas y Peñarol
en La Bombonerita. El equipo se consolidó y en la segunda fase logró
posicionarse en el tercer lugar cómodo, y clasificarse a cuartos de final
varias fechas antes de la finalización de la fase regular.
Aquella crítica que todos realizamos sobre la
falta de identidad y juego, ahora se transformaba en elogio al trabajo del
grupo. Cada partido se vio el crecimiento grupal, el esfuerzo y el objetivo
claro. El equipo de Duro logró ser la mejor defensa de la segunda fase y dar
vuelta resultados que parecían imposibles. Se hizo fuerte.
Ya en play off, el primer rival,
Gimnasia de Comodoro Rivadavia fue un escollo bastante complejo. La lesión
temprana de Federico Aguerre que lo dejó afuera toda la serie, generó una
complicación en el equipo. El mendocino es crucial en ataque con sus tiros de
tres puntos como así también en la zona pintada defensivamente. Boca ganó los
tres juegos de local, superando al rival por 3-2 y de este modo el pase a
semifinales para enfrentar a Peñarol.
En Mar del Plata el análisis es
controversial. Particularmente considero
que el milrayitas sacó ventaja de tener un equipo más largo ya que Boca tampoco
contó con Cequeira en el primer juego (contractura). Por otro lado en el segundo
juego hay muchas dudas sobre determinados fallos de la terna arbitral que
pudieron influir en el resultado, esto sin desmerecer a Peñarol que hizo su
trabajo. Finalmente la liga se escapó cayendo de local y finalizando la serie
abajo por 3-0. Impensado para todos. Se espera una serie más pareja.
Los cambios realizados para la temporada
no fueron de lo mejor, la Liga pasó deslucida. La mayoría de los clubes no
realizó los cambios que supuestamente se exigían. El hecho de no pelear
descensos, dejó a los de abajo jugando por nada. Deportivamente disminuyó y el
espectáculo no mejoró.
No puedo dejar de mencionar el
partido de “local” jugado en el Polideportivo Juan Domingo Perón en la
localidad de Coronel Vidal, partido de Mar Chiquita. Boca es de La Boca. Si se
quiere dar mayor difusión al básquet y llevarlo a lugares donde aún el deporte
no llegó, lo mejor sería impulsar la creación de clubes zonales y liguillas. El
básquet de Boca no necesita ser un atractivo turístico, como los lobos de la
Bristol o el Casino de Mar del Plata. Repito: Boca es de La Boca.
Concluyendo, lo mejor de esta
temporada ha sido el trabajo del cuerpo técnico y jugadores en virtud de salir adelante de aquellas desventuras con que se comenzó en el
2013. El mérito es exclusivamente del grupo. Rescatando el gran trabajo de
Alejandro Diez como capitán, Federico Aguerre, Selem Safar y la espalda de
Carlos Duro para tolerar cuestiones que, en una institución seria como Boca, no
debieran suceder. Como hincha y aficionada pido que se mantenga la base de este equipo, que solo
se refuercen los puestos necesarios con jugadores calificados y con mentalidad
para salir campeones. Que la dirigencia aprenda de lo sucedido y no perdamos
tiempo esta vez.
Boca es grande en todos sus aspectos. El público de básquet
merece otra estrella. Hay que trabajar siempre a conciencia y dándole a este
deporte la importancia que realmente tiene.
Brindo por este grupo y lo mejor
está al caer!