En el Club del barrio estabas junto a la familia. Da lo mismo si tenías
parientes de sangre…estabas con la familia. Los viejos hacían el club:
en cuanto a la albañilería y electricidad; como también, pago a
proveedores, administración contable, finanzas…que se yo. Si aun así le
sobraba tiempo, alguno de estos padres se autoproclamaba DT, preparador
físico y padre del suyo, tanto como de unos 15 pibes más. Construían un
club para sus socios.
Para ellos mismos, digamos…y para los que quisieran colaborar de la manera que sea aunque no tuvieran un mango…y para todos, bah. Disfrutaban, se apasionaban, discutían y veían jugar a los pibes. Y el club después se envalentonó y tuvo otras actividades como danza, talleres, etc. Yo iba a jugar al fútbol nada más. O eso creía…porque, en realidad, lo que yo hacía sin darme cuenta, era relacionarme con amigos inolvidables que forjaron mi identidad, como “el pipí”. “El pipi”, fuera del club era un descarriado total e, inevitablemente y a los ojos de algún que otro ajeno al club y “persona de bien” que hiciera un juicio de valor: un “futuro criminal”. Dentro del club era un descarriado también, claro…pero además, era un delantero picante, vivo, encarador, tozudo…y al costado de la cancha, “el pipi” era también un pibe que, si contaba con 2 bolitas, seguro te regalaba una. Podría hablar todo el día de “el pipi”, pero creo que ya lo describí de pies a cabeza. Y el Club crecía año a año…y uno crecía con él…y era impagable ser amigo del pipi…o de Jorgito Juárez, que era un técnico obsesivo de “la 4” (una jugada bárbara para ese contexto) y que, si pasabas por la casa camino al club, te obligaba a parar a merendar. Y no sé por qué cuento esto si yo quería hablar de otra cosa. Debe ser que me entraron ganas de escribirlo porque uno, cuando crece, se va olvidando de quién es, un poco…y uno es quien es según como se forjó en estos años tempranos…o qué carajo si no?. O será que todo esto gira en torno al gran “pipi”. En fin, lo que quería decir es que el Club te contenía, tenía y tiene hoy un rol social muy importante. Crea un sentido de pertenencia.
Los clubes se empezaron a organizar con la afluencia de la inmigración europea, a fin del siglo XIX y principios del siglo XX. Y alguno me dirá hoy que el encargado de la contención social debe ser el Estado. Yo no confrontaría con la idea. Lo cierto es que para aquellos tiempos, ya el Estado se proponía otra cosa, tal como educar y disciplinar masivamente y constituir “la identidad del habitante y el ciudadano”, conforme el modelo económico pretendido. La cosa es que habían, por ejemplo, “tanitos” testarudos y empeñados en construir una identidad diferente y alternativa a la propuesta por el Estado, una que reuniera experiencias espontáneas colectivas para aquellos no integrados… experiencias PROPIAS…no programada por los “dueños del libre albedrío”, pongámosle. Se ganaron, solo por ello, el mote de “desagradecidos y el peligrosos”. En fin.
Todos los clubes nacieron de esta manera. Todos! Fueron pensados para sí mismos por sus propios creadores. Y pasó que muchos de ellos crecieron en magnitudes impensadas. Hoy vemos por televisión, una de sus formas más perceptibles: los partidos de fútbol (que hoy se quieren dejar de transmitir gratis. Pero eso es harina de otro costal…o del mismo, no?). Esta producción de los Clubes es consumida por mucha gente y, ya sabemos, lo que es destino de consumo a gran escala siempre les “hace agua la boca” a algunos “pícaros”.
Amparados en las “picardías” del modelo Neoliberal, se pretende instalar que los clubes son deficitarios de por sí. Digamos que, para estos “pícaros”, todos los Clubes (con ciento y pico años de vida) sobrevivieron un siglo “de suerte”.
De que otra manera lo harían, si son perdedores de guita compulsivos, no? . Pero no solo nos dan el diagnóstico ridículo sino que nos ofrecen (“por cincuenta centavos más”) el remedio: “hay que privatizar los Clubes”. Y no paran…te llegan a decir “que los grandes del mundo solucionaron esta enfermedad terminal así”. Y uno puede pensar rápido: “pero Barcelona y Real Madrid no están privatizados…no les va tan deficitariamente”. No?.
Presenciamos el advenimiento de las sociedades anónimas deportivas que quieren almorzarse a los clubes tal como existen hoy: en manos de sus socios (Asociaciones Civiles sin Fines de Lucro). Los mismos “picaros” que endeudan a los clubes dicen “queremos que sean sociedades comerciales…no pueden seguir así”.
El deporte en Europa fue creado por el estado (de hecho, los estadios son estatales), en Estados Unidos, por las universidades. Pero acá en Argentina fue la gente la que hizo los clubes y, con ellos, el deporte. Y no se hicieron con fines mercantilistas…la gente los hizo para sí misma.
Ya intentaron una privatización encubierta en el 2000 mediante ISL, empresa de marketing deportivo. Hoy vuelven más “pícaros” que nunca y se nutren de herramientas tales como la Superliga (que pretende que los Clubes sean franquicias.
Estilo Mc Donalds…), de la modificación estatutaria de AFA, a imagen y semejanza de la liga española, que reza “todo club deficitario debe constituirse en SA”.
Si los “picaros” quieren hacer un negocio estupendo, que trabajen. Que hagan sus propios clubes y los endeuden, fundan, compren y vendan como sea de su antojo. Los que ya están son nuestros porque los levantaron nuestros padres y abuelos, para ellos y para nosotros…
NO A LAS SOCIEDADES ANÓNIMAS DEPORTIVAS. LOS CLUBES SON DE “EL PIPI”.
Por Leonardo Zallio integrante de "Boca es Nuestro"
Para ellos mismos, digamos…y para los que quisieran colaborar de la manera que sea aunque no tuvieran un mango…y para todos, bah. Disfrutaban, se apasionaban, discutían y veían jugar a los pibes. Y el club después se envalentonó y tuvo otras actividades como danza, talleres, etc. Yo iba a jugar al fútbol nada más. O eso creía…porque, en realidad, lo que yo hacía sin darme cuenta, era relacionarme con amigos inolvidables que forjaron mi identidad, como “el pipí”. “El pipi”, fuera del club era un descarriado total e, inevitablemente y a los ojos de algún que otro ajeno al club y “persona de bien” que hiciera un juicio de valor: un “futuro criminal”. Dentro del club era un descarriado también, claro…pero además, era un delantero picante, vivo, encarador, tozudo…y al costado de la cancha, “el pipi” era también un pibe que, si contaba con 2 bolitas, seguro te regalaba una. Podría hablar todo el día de “el pipi”, pero creo que ya lo describí de pies a cabeza. Y el Club crecía año a año…y uno crecía con él…y era impagable ser amigo del pipi…o de Jorgito Juárez, que era un técnico obsesivo de “la 4” (una jugada bárbara para ese contexto) y que, si pasabas por la casa camino al club, te obligaba a parar a merendar. Y no sé por qué cuento esto si yo quería hablar de otra cosa. Debe ser que me entraron ganas de escribirlo porque uno, cuando crece, se va olvidando de quién es, un poco…y uno es quien es según como se forjó en estos años tempranos…o qué carajo si no?. O será que todo esto gira en torno al gran “pipi”. En fin, lo que quería decir es que el Club te contenía, tenía y tiene hoy un rol social muy importante. Crea un sentido de pertenencia.
Los clubes se empezaron a organizar con la afluencia de la inmigración europea, a fin del siglo XIX y principios del siglo XX. Y alguno me dirá hoy que el encargado de la contención social debe ser el Estado. Yo no confrontaría con la idea. Lo cierto es que para aquellos tiempos, ya el Estado se proponía otra cosa, tal como educar y disciplinar masivamente y constituir “la identidad del habitante y el ciudadano”, conforme el modelo económico pretendido. La cosa es que habían, por ejemplo, “tanitos” testarudos y empeñados en construir una identidad diferente y alternativa a la propuesta por el Estado, una que reuniera experiencias espontáneas colectivas para aquellos no integrados… experiencias PROPIAS…no programada por los “dueños del libre albedrío”, pongámosle. Se ganaron, solo por ello, el mote de “desagradecidos y el peligrosos”. En fin.
Todos los clubes nacieron de esta manera. Todos! Fueron pensados para sí mismos por sus propios creadores. Y pasó que muchos de ellos crecieron en magnitudes impensadas. Hoy vemos por televisión, una de sus formas más perceptibles: los partidos de fútbol (que hoy se quieren dejar de transmitir gratis. Pero eso es harina de otro costal…o del mismo, no?). Esta producción de los Clubes es consumida por mucha gente y, ya sabemos, lo que es destino de consumo a gran escala siempre les “hace agua la boca” a algunos “pícaros”.
Amparados en las “picardías” del modelo Neoliberal, se pretende instalar que los clubes son deficitarios de por sí. Digamos que, para estos “pícaros”, todos los Clubes (con ciento y pico años de vida) sobrevivieron un siglo “de suerte”.
De que otra manera lo harían, si son perdedores de guita compulsivos, no? . Pero no solo nos dan el diagnóstico ridículo sino que nos ofrecen (“por cincuenta centavos más”) el remedio: “hay que privatizar los Clubes”. Y no paran…te llegan a decir “que los grandes del mundo solucionaron esta enfermedad terminal así”. Y uno puede pensar rápido: “pero Barcelona y Real Madrid no están privatizados…no les va tan deficitariamente”. No?.
Presenciamos el advenimiento de las sociedades anónimas deportivas que quieren almorzarse a los clubes tal como existen hoy: en manos de sus socios (Asociaciones Civiles sin Fines de Lucro). Los mismos “picaros” que endeudan a los clubes dicen “queremos que sean sociedades comerciales…no pueden seguir así”.
El deporte en Europa fue creado por el estado (de hecho, los estadios son estatales), en Estados Unidos, por las universidades. Pero acá en Argentina fue la gente la que hizo los clubes y, con ellos, el deporte. Y no se hicieron con fines mercantilistas…la gente los hizo para sí misma.
Ya intentaron una privatización encubierta en el 2000 mediante ISL, empresa de marketing deportivo. Hoy vuelven más “pícaros” que nunca y se nutren de herramientas tales como la Superliga (que pretende que los Clubes sean franquicias.
Estilo Mc Donalds…), de la modificación estatutaria de AFA, a imagen y semejanza de la liga española, que reza “todo club deficitario debe constituirse en SA”.
Si los “picaros” quieren hacer un negocio estupendo, que trabajen. Que hagan sus propios clubes y los endeuden, fundan, compren y vendan como sea de su antojo. Los que ya están son nuestros porque los levantaron nuestros padres y abuelos, para ellos y para nosotros…
NO A LAS SOCIEDADES ANÓNIMAS DEPORTIVAS. LOS CLUBES SON DE “EL PIPI”.
Por Leonardo Zallio integrante de "Boca es Nuestro"