No te pierdas en este programa:
- Las novedades del fútbol profesional a cargo Martín Herrera.
- Todas las novedades del polideportivo con la info de Agustín Petrillo.
- Las novedades del fútbol femenino con la info de Vanesa Raschella.
- Todas las novedades del básquet a cargo de nuestro especialista, Martín Marzolini.
- Jacqueline Vezzosi y un especial sobre los jugadores de inferiores del club.
- La columna de historia, "No malgastes el agua", a cargo del "Beto" Moreno.
Podés escuchar el programa completo, acá:
LOS DESTACADOS DEL PROGRAMA
Las novedades del fútbol profesional por Martín Herrera:
Martín Herrera: "Tevez ya tiene la decisión tomada y solo está generando expectativa para caer mejor parado, sea positiva o negativa".
Martín Herrera: "No me sorprendería que si se da, los chinos quieran poner un nombre en La Bombonera o que Boca haga pretemporada allá".
Martín Herrera: "Guillermo quería repetir el equipo por primera vez pero Bentancur tiene un esguince para 15 días. Entraria S.Pérez".
Martín Herrera: "Guillermo Sara hoy fue operado con éxito y tiene para 5 o 6 meses. El que mas chances tiene de venir es Andújar".
Agustín Petrillo: "Patricia Bermúdez, de lucha, recibió ayer en el museo el oro en los premios a los deportistas más destacados del año".
Agustín Petrillo: "En futsal, Boca ganó sus dos primeros partidos y se aseguró el pase a las semifinales del Torneo Integración, en La Rioja"
Agustín Petrillo: "Hoy a las 22, el futsal enfrenta a Estrella del Sur. La segunda final ante Kimberley se jugaría el 21 de diciembre":
Las novedades del básquet por Martín Marzolini:
Martín Marzolin: "Se terminó la buena racha de Boca y cayó ante Instituto por 97 a 96 en suplementario y ante Libertad por 98 a 77".
Martín Marzolin: "Boca sigue anteúltimo con 5 victorias y 16 derrotas. Sufrió la ausencia por lesión de Gianella, que volvería el lunes".
Martín Marzolin: "El último partido del año será el lunes ante Ferro y Boca volverá a los entrenamientos en enero".
Martín Marzolin: "No se sabe si Fotios Lampropulos seguirá el año que viene".
Las novedades del fútbol femenino por Vanessa Raschella:
Vanesa Raschella:"Las Gladiadoras cerraron el año con un triunfo ante Platense por 8-1 de visitante. Hubo minuto de silencio por Kruger"
Vanesa Raschella:"Los goles los convirtieron Caballero en contra, Gómez Ares x3, Bueno x2, Johana Barrera y Eliana Stabile".
Vanesa Raschella:"Fue el último partido del año y terminaron punteras, con 22 puntos en 8 fechas".
Vanesa Raschella:"Las Gladiadoras tendrán descanso hasta el 1 de febrero, cuando empieza la pretemporada. La fecha 9 será ante la UAI".
La columna del "profe" Alberto Moreno: No malgastes el agua...
Vanesa Raschella:"Los goles los convirtieron Caballero en contra, Gómez Ares x3, Bueno x2, Johana Barrera y Eliana Stabile".
Vanesa Raschella:"Fue el último partido del año y terminaron punteras, con 22 puntos en 8 fechas".
Vanesa Raschella:"Las Gladiadoras tendrán descanso hasta el 1 de febrero, cuando empieza la pretemporada. La fecha 9 será ante la UAI".
La columna del "profe" Alberto Moreno: No malgastes el agua...
El Muñeco Madurga, excelso volante central con dinámica, técnica exquisita y mucho gol, acaba de picar al vacío en busca del pase perfecto de Savoy y tras llevársela de cabeza anticipando la salida desesperada de Pérez, va a definir con el arco vacío. Es el 14 de diciembre de 1969, van 12 minutos del primer tiempo y Boca se pone en ventaja en el –todavía- Superclásico. Claro que no es un Superclásico más. Es la última fecha del Nacional de ese año y Boca y riBer se enfrentan en la Heladera en el partido definitorio del torneo. El Xeneize es campeón con un empate, las plumas necesitan ganar para quedarse con el título. Es una tarde ardiente de diciembre, la cancha revienta de gente porque es la cuarta vez en la década en que ambos equipos definen el torneo entre ellos en las fechas finales. Las otras tres se las llevó Boca, y riBer aspira a que la cuarta sea la vencida para así cortar una racha sin títulos que ya lleva 11 años. Pero no va a poder ser…
Boca llegó a esa instancia con un equipo mágico pergeñado por la Saeta Rubia, el gran Alfredo Distéfano. Y como es lógico teniendo en cuenta al autor, ese Boca estaba lejos de los equipos graníticos en defensa, pura eficacia en ataque y magros a la hora del espectáculo con los que Boca se alzó con los torneos del 62, 64 y 65. El Di quería otra cosa y armó un equipo en consecuencia, tomando desde el vamos algunas medidas drásticas que hicieron que se lo mire de reojo: limpió al Tano Roma y en su lugar puso al Loco Rubén Sánchez, y mandó al banco al Rata Rattín, y le dio la 5 al Muñeco Norberto Madurga. La formación habitual pasó a ser un 4-2-4 hiperofensivo con Sánchez; Suñé, Meléndez, Rogel, Marzolini; Madurga, Orlando Medina; Ponce, Rojitas, Novello y Peña. Analizando puesto por puesto quedaba claro que Distéfano apostaba al buen pie, al control de la pelota, y a una dinámica infernal, encarnada en Madurga quien hacía algo que ningún otro: siendo volante “defensivo” se desenganchaba por sorpresa para aparecer solo en el área rival. Un juego “moderno” para los parámetros de la época, donde todo era mucho más posicional. Encima, los ásperos eran Rogel y Medina, pero el resto eran pura magia: la clase de Meléndez y Marzolini en el fondo; la garra y buen pie del Chapa en el lateral derecho; el desparpajo de Rojitas y Novello; la habilidad y los desbordes de Mané Ponce y del Chango Peña. Boca era una sinfónica de fútbol y no por nada en las primeras doce fechas ganó ¡11 partidos y empató 1!
Pero este verdadero desfile tuvo un sorpresivo cimbronazo en el partido número… 13. Las brujas no existen pero que las hay, las hay, habrán pensado los jugadores de Boca cuando el humildísimo San Martín de Mendoza le ganó 1-0 en el templo, con gol de un tal Achával. Para colmo, una semana después, el Xeneize apenas pudo empatar 1-1 con Unión de visitante. En tiempos en que todavía se daban dos puntos por victoria, riBer aprovechó el bajó y metiendo dos triunfos consecutivos, se puso a tiro. Boca no podía darse el lujo de que las plumas lo alcanzaran, así que derrotó consecutivamente a Huracán e Independiente y así, con 28 puntos contra los 26 de riBer, llegó a la última fecha en un Freezer al palo. Dice Osvaldo Ardizzone: “El clima que nadie puede confundir. Ni Copa América ni Copa del Mundo. Solo riBer y Boca, más el fundamento de final que provoca la ubicación de los dos”.
Lo dicho, a los 12 minutos, Boca se puso en ventaja con un gol que era botón de muestra de cómo jugaba el gran Muñeco –el de verdad, no el arañador- 21 minutos después, la jugada casi calcada: esta vez el pase es de Ponce para el pique de 40 metros de Madurga, mano a mano con Perico Pérez y adentro. Dos cero arriba a los 35 minutos, era evidente que riBer se iba a ir como loco al ataque y así fue. Aquel era un Boca que no sabía especular y por eso riBer consiguió el empate a falta de 23 minutos. Había que aguantar y se aguantó. Sonó el silbato del árbitro Veiró y empezó la locura.
Boca era campeón por segunda vez ante riBer en su cancha (también había salido campeón en la Heladera ante Racing en 1944 y ante San Lorenzo de la Copa Competencia en 1946) y era hora de dar la vuelta. Era la coronación más que merecida para uno de los mejores equipos de la historia del fútbol argentino. Tan bien jugaba ese equipo –y tan distintos eran los tiempos- que las plateas riBerplatenses aplaudieron a los jugadores de Boca. Pero claro, no todos mostraban tanto espíritu de fair play y dentro de las entrañas del club estaban decididos a impedir que Boca les diese una nueva vuelta en la cara. Así que cuando el equipo encaró hacia la pista de atletismo, alguien con muy poca conciencia ecológica abrió las mangueras de riego. De por sí no hay que malgastar el agua, pero muchísimo menos en tratar de apagar tanto fuego. Esto es Boca, hijo mío. Algo así habrá pensado el enorme Silvio, porque a falta de una, decidió dar dos vueltas. Que la cuenten como quieran. O mejor que la cuente él: "Soy de los que piensan que los jugadores que se consagran campeones tienen que dar la vuelta, sea en donde sea. Y salimos a darla sin dudar. Cuando llegamos al costado que da al río nos prendieron los grifos que se usaban para regar la cancha. Ahí pensé “¿así que abren las canillas? Entonces ahora doy la vuelta con más ganas”. Y junto a un par de compañeros agarramos por la pista olímpica del Monumental y dimos otra vuelta completa”. Uno de esos dos era el enorme Chapa Suñé, capitán de esos monstruos con apenas 22 años, uno que se acostumbraría rápido a esto de darle vueltas en la cara a las gallinas. ¿No Chapa? "No nos importaba nada. Abrieron los grifos, nos empaparon, pero la dimos igual. Evidentemente le tomamos el gustito, porque un año después volvimos a dar la vuelta en el Monumental, después de ganarle el Nacional del ´70 a Rosario Central". Si sabrá el Chapa de esto: tres vueltas en el gallinero y otra inolvidable, eterna y mágica, en la que él sería el héroe. Pero esa es otra historia.
Fuente foto: La Passucci
Boca llegó a esa instancia con un equipo mágico pergeñado por la Saeta Rubia, el gran Alfredo Distéfano. Y como es lógico teniendo en cuenta al autor, ese Boca estaba lejos de los equipos graníticos en defensa, pura eficacia en ataque y magros a la hora del espectáculo con los que Boca se alzó con los torneos del 62, 64 y 65. El Di quería otra cosa y armó un equipo en consecuencia, tomando desde el vamos algunas medidas drásticas que hicieron que se lo mire de reojo: limpió al Tano Roma y en su lugar puso al Loco Rubén Sánchez, y mandó al banco al Rata Rattín, y le dio la 5 al Muñeco Norberto Madurga. La formación habitual pasó a ser un 4-2-4 hiperofensivo con Sánchez; Suñé, Meléndez, Rogel, Marzolini; Madurga, Orlando Medina; Ponce, Rojitas, Novello y Peña. Analizando puesto por puesto quedaba claro que Distéfano apostaba al buen pie, al control de la pelota, y a una dinámica infernal, encarnada en Madurga quien hacía algo que ningún otro: siendo volante “defensivo” se desenganchaba por sorpresa para aparecer solo en el área rival. Un juego “moderno” para los parámetros de la época, donde todo era mucho más posicional. Encima, los ásperos eran Rogel y Medina, pero el resto eran pura magia: la clase de Meléndez y Marzolini en el fondo; la garra y buen pie del Chapa en el lateral derecho; el desparpajo de Rojitas y Novello; la habilidad y los desbordes de Mané Ponce y del Chango Peña. Boca era una sinfónica de fútbol y no por nada en las primeras doce fechas ganó ¡11 partidos y empató 1!
Pero este verdadero desfile tuvo un sorpresivo cimbronazo en el partido número… 13. Las brujas no existen pero que las hay, las hay, habrán pensado los jugadores de Boca cuando el humildísimo San Martín de Mendoza le ganó 1-0 en el templo, con gol de un tal Achával. Para colmo, una semana después, el Xeneize apenas pudo empatar 1-1 con Unión de visitante. En tiempos en que todavía se daban dos puntos por victoria, riBer aprovechó el bajó y metiendo dos triunfos consecutivos, se puso a tiro. Boca no podía darse el lujo de que las plumas lo alcanzaran, así que derrotó consecutivamente a Huracán e Independiente y así, con 28 puntos contra los 26 de riBer, llegó a la última fecha en un Freezer al palo. Dice Osvaldo Ardizzone: “El clima que nadie puede confundir. Ni Copa América ni Copa del Mundo. Solo riBer y Boca, más el fundamento de final que provoca la ubicación de los dos”.
Lo dicho, a los 12 minutos, Boca se puso en ventaja con un gol que era botón de muestra de cómo jugaba el gran Muñeco –el de verdad, no el arañador- 21 minutos después, la jugada casi calcada: esta vez el pase es de Ponce para el pique de 40 metros de Madurga, mano a mano con Perico Pérez y adentro. Dos cero arriba a los 35 minutos, era evidente que riBer se iba a ir como loco al ataque y así fue. Aquel era un Boca que no sabía especular y por eso riBer consiguió el empate a falta de 23 minutos. Había que aguantar y se aguantó. Sonó el silbato del árbitro Veiró y empezó la locura.
Boca era campeón por segunda vez ante riBer en su cancha (también había salido campeón en la Heladera ante Racing en 1944 y ante San Lorenzo de la Copa Competencia en 1946) y era hora de dar la vuelta. Era la coronación más que merecida para uno de los mejores equipos de la historia del fútbol argentino. Tan bien jugaba ese equipo –y tan distintos eran los tiempos- que las plateas riBerplatenses aplaudieron a los jugadores de Boca. Pero claro, no todos mostraban tanto espíritu de fair play y dentro de las entrañas del club estaban decididos a impedir que Boca les diese una nueva vuelta en la cara. Así que cuando el equipo encaró hacia la pista de atletismo, alguien con muy poca conciencia ecológica abrió las mangueras de riego. De por sí no hay que malgastar el agua, pero muchísimo menos en tratar de apagar tanto fuego. Esto es Boca, hijo mío. Algo así habrá pensado el enorme Silvio, porque a falta de una, decidió dar dos vueltas. Que la cuenten como quieran. O mejor que la cuente él: "Soy de los que piensan que los jugadores que se consagran campeones tienen que dar la vuelta, sea en donde sea. Y salimos a darla sin dudar. Cuando llegamos al costado que da al río nos prendieron los grifos que se usaban para regar la cancha. Ahí pensé “¿así que abren las canillas? Entonces ahora doy la vuelta con más ganas”. Y junto a un par de compañeros agarramos por la pista olímpica del Monumental y dimos otra vuelta completa”. Uno de esos dos era el enorme Chapa Suñé, capitán de esos monstruos con apenas 22 años, uno que se acostumbraría rápido a esto de darle vueltas en la cara a las gallinas. ¿No Chapa? "No nos importaba nada. Abrieron los grifos, nos empaparon, pero la dimos igual. Evidentemente le tomamos el gustito, porque un año después volvimos a dar la vuelta en el Monumental, después de ganarle el Nacional del ´70 a Rosario Central". Si sabrá el Chapa de esto: tres vueltas en el gallinero y otra inolvidable, eterna y mágica, en la que él sería el héroe. Pero esa es otra historia.
Fuente foto: La Passucci
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"Boca es Nuestro" Con Ana Bonissone en la conducción, Eduardo Eliaschev, Claudio Giardino y Fernando Burruso en el estudio, y columnistas que cubren las principales actividades de nuestro Club como Martín Marzolini en básquet, Vanesa Raschella en futbol femenino, Martín Herrera en fútbol profesional, Jacqueline Vezzosi en divisiones inferiores fútbol masculino, Agustín Petrillo en el polideportivo, y el invalorable aporte de Alberto Moreno recordándonos de dónde venimos en cada hecho histórico de nuestro Club. Con la producción general de Leo Zallio, Daniel Lubel, Gabriel Martin, y Maximiliano Catanzano en diseño y gráfica.
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