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EL CAÑO MÁS BELLO DEL MUNDO


En diciembre de 2014 el sello Hojas del Sur publicó el libro El caño más bello del mundo. Pensamiento futbolero de Juan Román Riquelme, del escritor argentino Diego Tomasi. En este diálogo, el autor le cuenta a Boca es Nuestro, de qué se trata este libro sobre el mayor ídolo de la historia de Boca.


Hola Diego, gracias por recibirnos. ¿Qué diferencia puede haber entre El caño más bello del mundo y otros libros sobre jugadores de fútbol?

La principal diferencia tal vez sea que no se trata de una biografía. En el libro no hay datos sobre cómo era Riquelme en su niñez, ni testimonios de vecinos del barrio que digan cómo es él fuera de la cancha. Es un libro estrictamente de fútbol, en el que la intención fue tratar de pensar cuál y cómo fue todos estos años el juego de Román, y qué significa eso para el fútbol en general. A mí me interesaba más contar qué ideas sobre el fútbol tiene Riquelme, o cómo mejora con sus pases a un compañero, y no con quiénes tomaba mate en el vestuario.

¿Y cuáles serían las características de ese pensamiento futbolero?

Lo primero sería el respeto absoluto por la pelota. Riquelme ama la pelota. Se vio el día que debutó ante Unión en 1996 y se vio en su último partido con Lanús, en 2014. En el medio, se pueden buscar los ejemplos que uno guste. Hay jugadores (y equipos enteros) que desprecian la pelota. Que podrían jugar torneos completos (y aún ganarlos, porque para mí la discusión es estética, no de resultados) sin querer la pelota. Pero Riquelme necesita la pelota siempre. Esa es ya una declaración de principios, y es innegociable. Riquelme no concibe, no solo en la práctica, sino diría yo en su ideología, en su mirada del mundo, un equipo que juegue a revolear la pelota y ver qué pasa. Román quiere y necesita ser él quien decida qué destino tiene la pelota, y en qué momento conviene que vaya para un lado o para otro. Después, su pensamiento sobre el juego incluye otros elementos, como el respeto por el espectáculo, o por el rival, pero lo fundamental es el amor a la pelota. Y todo esto desde una mirada competitiva. Porque el tipo está jugando a la pelota, y se nota que le gusta jugar, pero al mismo tiempo su juego hizo que sus equipos ganaran muchos títulos.

¿Qué personas fueron entrevistadas para el libro?

Son alrededor de treinta personas, de diferentes ámbitos. Algunos tienen que ver con la carrera de Román (compañeros como Jorge Bermúdez, Pablo Aimar, Rodolfo Arruabarrena o José Basualdo), otros son escritores futboleros (Juan Sasturain, Ariel Scher, Martín Kohan) y otros no tienen que ver con el fútbol: ahí están, por ejemplo, Martín Vassallo Argüello y Sergio Cachito Vigil. También hay personas que hablan desde otros países (analistas de España, Estados Unidos y Colombia). Y el gran regalo, la gran sorpresa para mí fue que Indio Solari, probablemente el tipo más influyente y popular de nuestra cultura del último siglo (y gran admirador de Riquelme), ofreciera unas palabras sobre Román, escritas especialmente para este libro. Ese aporte sigue siendo una de las grandes alegrías de este trabajo. Y su texto es bellísimo.

¿Por qué el libro se llama El caño más bello del mundo y no tiene, por ejemplo, alguna referencia al modo en que pasa la pelota, o a su condición de último diez?

Es verdad que el caño, por ser una jugada individual, no es lo que más define el juego de Riquelme. Lo que define su juego, y lo va a definir por siempre, es el pase a un compañero. La capacidad para dar la pelota siempre en el lugar y en el momento indicado, ni antes ni después, ni muy adelante ni muy atrás. Es decir que lo que lo define es su capacidad para hacer que los demás jueguen bien. Pero el caño que Riquelme le hizo a Yepes en la Copa Libertadores del año 2000 encierra tantos conceptos, es tan poderosa la imagen, que por eso elegí ese título. Por un lado, Román hace ese caño porque tiene un talento natural, claro, y una gran habilidad técnica, pero además porque sabe. No es un caño para hacer un lujo. Es un caño en un lugar y en un momento determinado, con un objetivo concreto, con un rival especial y en una instancia decisiva. Además, quien lo sufre no es cualquier jugador, sino uno con gran virtuosismo para cumplir la función que cumple. Y, si todo eso fuera poco, ese caño es una belleza desde el punto de vista estético.

¿Pueden leer el libro quienes no sean hinchas de Boca?

Es obvio que quienes más lo van a disfrutar, porque son quienes más lo disfrutaron a Riquelme mientras él jugó, son los hinchas de Boca. Pero el libro está pensado para amantes del fútbol en general, e incluso para personas que no son necesariamente futboleras, pero que se interesan por la aventura que resulta siempre el pensamiento. Si Riquelme deja un legado, entre otras muchas cosas, es que al fútbol se puede jugar y ganar pensando. Y esa enseñanza, para mí, sirve para cualquier ámbito de la vida.

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Diego Tomasi nació en Morón en 1982, y es hincha de Boca desde que tiene memoria. Es escritor, guionista y editor. Además de El caño más bello del mundo publicó Cortázar por Buenos Aires, Buenos Aires por Cortázar (Seix Barral, 2013) y colaboró en Las muchachas peronistas, de Jorge Halperín (Aguilar, 2009). Fue guionista en las seis temporadas del ciclo Proyecto G, emitido por Canal Encuentro. En 2015, el sello Hojas del Sur va a publicar su novela Mil galletitas.




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