Empezó el 2015 y, como todos los años, no faltaron las novelas, los rumores, las ventas, las compras y, de yapa, una goleada que no se olvida nunca más.
Pero si algo me llama la atenciĂłn en este comienzo de temporada, son las demostraciones de poder que subyacen en nuestro querido Boca Juniors.
Por un lado, el poder de la Barra Brava que, con la complicidad de dirigentes, se reorganizĂł pĂşblicamente de manera obscena, como si se tratase de un equipo que renueva contratos y plantel. Un poder que vaya a saber por quĂ© entramado mafioso ayer no pudo apersonarse en su tribuna habitual. Un poder tan grande que determinĂł que todas las banderas del estadio se dieran vuelta en señal de "respaldo". El domingo, la cancha era una fotografĂa perfecta de la dictadura de los violentos y la connivencia polĂtica.
Por otro lado, el poder dirigencial. Esos nefastos personajes que en lugar de trabajar para servir a los intereses de sus socios (tal como lo determinan los estatutos de Boca y de cualquier asociaciĂłn civil sin fines de lucro) se dedican a construir cada vez más y más poder, para multiplicar sus negocios y posicionarse polĂticamente. Algunas de las demostraciones de fuerza se evidenciaron con la poco feliz salida del Virrey, y con la partida y posterior retiro de Juan Román Riquelme. El más grande de la historia, apartado a travĂ©s de la demagĂłgica frase: "no vamos a hipotecar el club con un contrato tan alto". DeclaraciĂłn que no hace más que intentar abusarse de la inteligencia de los hinchas que meses más tarde vemos firmar alrededor de diez nuevos contratos, muchos de ellos con jugadores de presente y aspiraciones econĂłmicas europeas. La ostentaciĂłn de poder llegĂł a su máximo nivel esta semana, cuando se cerrĂł el pase de Osvaldo. El contrato se firmĂł y el jugador ya entrenĂł y concentrĂł, pero su presentaciĂłn ante medios e hinchas quedĂł automáticamente postergada. La misma se llevará a cabo una semana despuĂ©s, cuando el presidente regrese de su nuevo paseo por Estados Unidos, dejando en claro, una vez más, que Ă©l está por encima de Boca.
Por suerte, el domingo quedĂł demostrado que a pesar de los oscuros personajes que sobrevuelan el club y esta nota, el poder más grande de nuestro querido Boca Juniors fue, es y seguirá siendo su gente. Los hinchas de verdad, como vos y como yo. Los que no esperamos favores, ni plata, ni trampolines polĂticos. Los hinchas que ayer desbordamos las tribunas, y los que hicieron saltar el rating de la tele y de las radios. Los hinchas que sacamos un grito desde el alma cuando Palacios dibujĂł ese golazo. Los hinchas de Boca de verdad, los que dejamos la vida por esas cuatro letras y por esos dos colores. Los que están leyendo estas lĂneas con mucha atenciĂłn y con la debida preocupaciĂłn, pero con la tranquilidad de saber que a Boca lo hace grande su gente.
Nosotros somos La Mitad Más Uno; y siempre estaremos a tu lado, Boca Juniors querido.
Por lo menos asĂ lo siento yo.
ADELANTADO XENEIZE - @Roquelme