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GLADIADORAS CAMPEONAS: cuanto más cuesta, más se disfruta


 

El equipo femenino de fútbol de Boca Juniors se consagró campeón del torneo transición 2020-21. ¡Y cómo costó! Claro que sí. “Pero si lo ganaron de punta a punta, ¿por qué decís que costó?”. Costó, porque este trofeo que hoy alzan las jugadoras de Christian Meloni es el producto de un trabajo de años.

Las Xeneizes no lograban campeonar en un torneo de liga desde el año 2013, y no festejaban un torneo oficial de la AFA desde la Supercopa de 2015, torneo que ganaron al mando de la querida y recordada Marcela Lesich.

En 2016, y tras la despedida, injusta, de la mencionada DT, Boca Juniors puso a Meloni y a su CT a cargo del equipo femenino de fútbol, por aquél entonces aún amateur.

Meloni y su gente trabajaron muy duro todas las aristas del equipo. Sufrieron bajas importantes, por muchas jugadoras que emigraron, pero también sumaron figuras, algunas Xeneizes históricas y con mística, que volvían, como Fabiana Vallejos, Andrea Ojeda y Clarisa Huber. Detrás, hubo una conducción dirigencial que bancó, desde las autoridades anteriores, que pese a muchísimas cosas que se les puedan criticar, supieron delegar en gente idónea el manejo del femenino, y la conducción actual, con Ameal a la cabeza, que tuvo el tino de respetar lo que se venía haciendo y decidió dar una oportunidad a un CT y a jugadoras que tenían años de quedarse en las puertas del campeonato y que le respondieron de la mejor manera. Desde la llegada de Meloni hasta consagrarse campeonas, las Gladiadoras habían quedado siempre en segundo puesto, pese a tener un equipazo y desempeñarse de manera (casi) perfecta.

Llegó el primer torneo profesional y Boca debutó en la Bombonera y ante River, con una goleada nada más y nada menos. El triunfo fue por 5 a 0 y auguraba que Boca, como siempre, sería animador del certamen. Pero el mundo se vio golpeado por la pandemia de la COVID-19 y ese ponderado primer torneo profesional quedó vacante. Como las Gladiadoras eran las punteras al momento de la suspensión, no se les dio el trofeo, pero sí la plaza para la Copa Libertadores 2020, copa que finalmente se jugará en marzo aquí en Argentina.

Las jugadoras tenían el campeonato entre ceja y ceja y se había escapado por algo tan insólito e inesperado como una pandemia global. Luego de un gran parate por esta causa, se organizó un nuevo torneo, corto, de transición, como pasó con los varones también. Y una vez más Boca quería ir por todo.

Las que salieran campeonas serían las primeras campeonas profesionales, pese a que este sería el segundo torneo. Y así fue. Dominaron su grupo de punta a punta. Y se florearon en la etapa de eliminación sin despeinarse. Llegó la final con River Plate, en el José Amalfitani, y uno esperaba un encuentro duro. Sin embargo, el DT millonario Reyes puso a varias de sus figuras en el banco y las boquenses no perdonaron: 7 a 0 ante el máximo rival y con una actuación de lujo.

Merecidísimo campeonato y merecido desahogo y festejo para un cuerpo técnico, unas jugadoras y todo un equipo atrás que las acompaña, que vienen trabajando hace años para conseguir esto, y que ahora seguramente sientan que se sacaron un peso de sus espaldas y puedan trabajar con más tranquilidad incluso. 

En el fútbol femenino queda aún mucho por hacer, en Boca se está trabajando muy bien, pero también queda mucho por hacer, pero se va por un buen camino. Ahora, en la mira de todos está puesta la Copa, que se disputará en marzo de este 2021, aunque corresponde, como dijimos, al año 2020.

 Mientras termino de escribir esta nota, Alejandro Domínguez, presidente de la CONMEBOL, confirmó un acuerdo con la UEFA para que se dispute la Intercontinental Femenina.

¿Y si seguimos soñando?

VANESA RASCHELLA  @Vane_Rasche 

Fotos:    LUCILA GUEDE    @LucilaGuede
              GARDO LICH        @10_xeneizes

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